La gastronomía y los sabores son una característica muy importante a la hora de conocer un lugar, una ciudad y un país. Por ejemplo, cuando hablamos de Italia, se nos viene a la mente el sabor de una buena salsa de tomate, unas pastas y la infaltable pizza napolitana; o cuando pensamos en México, lo primero que visualizamos es el picante, el chile y unos tacos. Nuestro paladar viaja a través de los sabores y los platillos de distintos lugares, es por eso que hoy, junto a Pamela Prudencio The Taste Hunter le invitamos a viajar por Bolivia y sus sabores.
Prudencio es una apasionada por el mundo gastronómico. Comer y cocinar son parte de sus grandes pasiones, probar sabores nuevos y viajar para conocer estos la impulsaron a crear The Taste Hunter, su plataforma en redes sociales. Esto la llevó a interesarse por emprender en proyectos que giren en torno al mundo gastronómico.
Prudencio tuvo la oportunidad de visitar los nueve departamentos del país. Esta pasión por viajar cobró impulso luego de las rutas realizadas con Una Gran Nación y se animó a conocer Bolivia y descubrir su tan rico y diverso mundo gastronómico.
Luego de saber un poco más sobre ella y su pasión, le pedimos que describa la gastronomía boliviana. Prudencio sugiere acercarse a la gastronomía nacional de manera general, conociendo un poco lo que es el eje central del país.
“La Paz es el lugar número uno de comida fusión. Todo lo que son platos internacionales son hechos con ingredientes cien por ciento bolivianos. Es el número uno en esto y es más admirable porque con todo el movimiento de Gustu mucha gente se empezó a inspirar, y hay muchas opciones en cuanto fusión y revalorización de nuestros ingredientes”, señala. “La utilización de los ingredientes bolivianos en todos los platos, incluso de ingredientes que ni siquiera nosotros como bolivianos a veces conocemos”, añade.
Comenta también que algo que ama del sector gastronómico en ese departamento es lo unidos que están, como han llegado a formar una comunidad donde entre chefs se apoyan, se impulsan, colaboran y eso se está contagiando al resto del país.
De la Llajta, la tierra que la ha visto crecer, afirma que “hay mucha gente que dice que Cochabamba ya no es la capital gastronómica de Bolivia”, pero sostiene que no es así, ya que todavía podemos encontrar todo lo que es comida tradicional en la Llajta.
“Tenemos la mayor cantidad de platos tradicionales y si hay algo que me he dado cuenta en todos esos años es que en Cochabamba todavía en el almuerzo comemos un plato tradicional, en las otras ciudades no. Por ejemplo, en La Paz es más común el pollo a la plancha de almuerzo, mientras que, en Cochabamba, en un día normal no sucede tanto eso. Sí o sí, por lo menos dos veces a la semana, comemos algo tradicional y el cochabambino se antoja eso, un pique, un silpancho”, comenta.
Ella defiende que Cochabamba sigue siendo la capital gastronómica, solo hay que impulsarla un poco más. Y darle también más valor a las caseritas que venden en las calles porque es la mejor comida callejera del país, están en todas las esquinas y siempre sirven mucho más y más barato que en cualquier ciudad.
Bajando un poco más al sur del país, señala que “Santa Cruz se ha caracterizado bastante con todo lo internacional, si tú vas a Santa cruz encuentras restaurantes españoles, peruanos, mexicanos, mucha carne por el contexto de la ganadería -que es muy buena y más barata- que en el resto del país.”
Ir a Santa Cruz y no comer una buena carne sería un error, insiste. También se refiere al la cultura globalizada que se vive en este departamento, lo que también se aprecia en su gastronomía. “Le falta un poco más identidad boliviana, hay millones de hamburguesas, pizzerías y muchas franquicias internacionales que no encontrarás en otros departamentos, pero no es tan arraigado lo boliviano en su gastronomía”.
Vía: LOS TIEMPOS