Flamencos y aves migratorias que llegaron de Norteamérica como ser: playeros, chorlitos, entre otras especies, se apoderaron de la Laguna Alalay que, luego de 15 años de descuido, comienza a cobrar nueva vida.
A menos de un año del dragado, el espejo de agua de Cochabamba cuenta también con peces, áreas de anidación, invertebrados entre otras.
Según la Alcaldía, la Laguna Alalay se encuentra en su “mejor momento”, pues un número mayor a las 2.500 aves de 30 especies diferentes habitan en ella, donde el actualmente, el agua se encuentra cristalina y sin olores nauseabundos, garantizando de esa forma la biodiversidad.
El alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, aseguró que la Alcaldía continuará con el trabajo para recuperar la laguna. Indicó que se consiguió que la Gobernación trabaje en el anillo de coronación considerado un tema fundamental para la salud de la misma.
“Vamos a continuar con la forestación. Vamos a tener un proyecto para que todos los días ingrese agua de vertiente a la laguna. Colocaremos oxigenadores como se hace en todo el mundo”, garantizó el alcalde.
José Balderrama, biólogo con especialidad en ornitología, explicó que la buena calidad del agua se refleja en las aves que hicieron de la laguna su hogar. La cantidad del líquido elemento varía de acuerdo con la estación puesto que, en temporada seca y calor, el caudal disminuye a causa de la evaporación, esto cambia en temporada de lluvias.
AGUAS ALTAS
“En época de aguas altas hay cierta comunidad de aves y otros organismos y en época de sequía baja el nivel y cambia a otras comunidades, eso es lo más normal y no debe preocupar a nadie (…) Se hace un monitoreo constante de parte de la Alcaldía, pero también de la universidad”, añadió el biólogo.
“Este año esperamos que sea uno de los mejores momentos en la reproducción de aves ya que, están formando parejas y buscan sitios de anidamiento y con esto la laguna Alalay estará llena de aves incrementando su atractivo”, expresó Balderrama.
El municipio, a través de las trabajadoras del Plane, realiza el control de algas y totoras. Son más de 60 personas desplazadas dentro y fuera de la laguna que trabajan en el control y limpieza.
Via: La Razón