lunes, noviembre 25
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El Gran Poder ha dado paso una nueva élite aymara en 100 años y tres generaciones con la danza madre, la Morenada

“Cuánto cuestas cuánto vales, amor mío, si tu quieres yo te pago” o “si quieres bailar morenada tienes que tener platita”, son dos estribillos de célebres canciones de Morenada, que se bailan en la fiesta del Gran Poder y que pintan de cuerpo entero a la fiesta que este año será el próximo sábado 25 de mayo.

Según tres sociólogos y el presidente de su asociación de sus fraternidades, el Gran Poder es la expresión de una nueva élite, y que en sus más de 100 años abarca a tres generaciones. Abuelos que migraron del campo a la ciudad y que una vez al año salían a las calles para bailar y hacerse visibles. Hoy, sus hijos y nietos han consolidado o han heredado enormes y prósperos negocios en los rubros del transporte, el gremial, el transporte, entre otros y ahora danzan para ostentar todo su poder económico y demostrar con derroche su ascenso social.

“Oruro y su Carnaval ha quedado chico frente a lo que hoy representa el Gran Poder. Ellos tienen una fiesta que no abarca ni medio año. La nuestra ha crecido tanto que tiene actividades el año entero, cada fin de semana”, advierte el presidente de la Asociación de Conjuntos Folclóricos, Galo Carrillo.
La morenada es la reina. Las últimas 12 ganadoras fueron fraternidades que despliegan destrezas en esta danza denominada “pesada”. El 2020 y 2021 no hubo fiesta por la pandemia. Pero, en 2012, 2015 y 2018 ganó la Juventud Rosas Residentes de Viacha «Los Legítimos”. En 2010 y 2017 los Fanáticos del Gran Poder, el 2011 y 2019 la Señorial Illimani; en 2013, Señor de Mayo; el 2014 Los Verdaderos Intocables; en 2016, la fraternidad Plana Mayor; el 2022 no hubo ganador y el año pasado la Morenada de La Paz Unión de Bordadores AMABA.

Uno de los aspectos en los que se marca la competencia entre fraternidades, y donde cada una de ellas muestra su poder económico son los espectáculos internacionales que presentan como cartelera para sus fiestas. Es decir, que las estrellas llegan a La Paz, para subirse a la tarima de alguna de ellas y desplegar su repertorio exclusivamente para los fraternos. Del avión a la fiesta, y de la fiesta al avión.

En marzo de este año, el cantante mexicano Pedro Fernández participó en una gran celebración organizada por la fraternidad ‘Morenada Poderosa Illimani de La Paz para el mundo’. El artista llegó con todos sus mariachis y cobró decenas de miles de dólares. Además, era el plato fuerte pero no el único en una cartelera que también incluyó a los argentinos Ángela Leiva, Ráfaga, Tambó Tambó y otros prestigiosos y no económicos grupos bolivianos como Maroyu de Néstor Yucra y Semilla.

“Creo que todos los cantantes más importantes ya han llegado”, dice con orgullo el presidente Carrillo: Christian Castro, Lucero, Ana Bárbara, Los ángeles azules, Laura León, Américo, Bronco, Boney M., Los Bukis, Pedro Fernández, Néctar, Charly Sa, Daniel Agostini, Los Bibys, CC. Catchs, Alicia Villarreal, Jambao y Pablo Montero son algunos nombres de una lista creciente.

Las tres generaciones

El sociólogo Gregorio Lanza define al Gran Poder como “la representación de la burguesía chola que ha crecido muchísimo en los últimos 20 años y que se pasea una vez al año por las calles de La Paz, pero todos los fines de semana en distintos puntos de la ciudad con actividades muy sonadas. Son tres generaciones, los abuelos llegaron del campo, los hijos prosperaron el negocio y los nietos heredan el emprendimiento, ya estudian en universidades privadas e incluso tienen casas en la zona sur de La Paz. Ojo, es una fiesta que tiene un afán concreto, adueñarse cada vez más de la urbe y eso va mucho más allá que el día de la Entrada”.

Su colega Franco Gamboa coincide. “Los padres heredan sus emporios a los hijos, los mandan a estudiar a universidades caras” y asegura que los más jóvenes son las que más ostentan, y por supuesto que bailan en el Gran Poder, siguiendo la tradición familiar.

Gamboa marca que la segunda y tercera generación consolidaron esa nueva élite, desde finales de los años 90 y el inicio del nuevo siglo. “La fuerza del compadre Carlos Palenque, les dio una notoriedad e impulso importante. El músico, comunicador y luego político realizaba coberturas de la fiesta desde el sistema de Radio Televisión Popular (RTP), Sábados Populares invitaba a los folcloristas y dirigentes culturales, y así la festividad fue creciendo”.

Galo Carrillo, el alto dirigente de la asociación, señala que “efectivamente los actuales bailarines somos la tercera generación. Las fraternidades están completamente empoderadas. Antes no eran más de 25 y cada una con 50 fraternos. Ahora son 75 grupos y cada uno de ellos, especialmente los de morenada, tienen hasta mil miembros a 1500 contando a los músicos. Esa participación genera aportes y eso a generado el crecimiento del poderío económico de las diferentes asociaciones de bailarines que participan en la fiesta. A más gente más recaudación. Así se autofinancian”.

Para Gamboa en el siglo XXI hubo un cambio drástico. “En 2024 la fiesta del Gran Poder ya representa la presencia de élites económicas muy bien consolidadas en el ámbito comercial, que han agigantado y muestran cómo las desigualdades económicas son más marcadas en la urbe paceña. Se ve un derroche enorme de dinero, lo que ha cambiado radicalmente las estructuras urbanas. El Gran Poder ya no tiene una influencia cultural, sí una de carácter económico, y político, influyen en los partidos que ocupan el poder, pero tampoco les interesa espacios allí, sino atraer la atención a su ascenso social”, sostiene Gamboa.

Via: El Deber

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