Domingo, Septiembre 8
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Castel Hermosa Gonzales, artífice de la creación de Los Kjarkas

Castel Hermosa Gonzales, fundador de la famosa agrupación folklórica Los Kjarkas, falleció a los 79 años dejando un gran legado: el tradicional poncho que visten sus integrantes en sus diversas y concurridas presentaciones.

Castel nació en Capinota y fue el tercer hijo de la familia Hermosa, cuya ascendencia, según relató en una entrevista con Ariel Villazón en 2021, es de origen peruano, más propiamente del Cuzco.

Mariano Hermosa, bisabuelo de Castel, llegó a Bolivia con el negocio de la cochinilla, tinte para teñir prendas que se confeccionaban en el norte de Potosí.

El eximio creador de Los Kjarkas recordó, en esa entrevista, que su familia se caracterizó por impulsar la música nacional, prueba de aquello es que su padre fue, a la vez, alumno y profesor de música en una escuela evangélica en la población potosina de Acasio, con tan solo nueve años de edad. Sabía tocar guitarra y charango, principalmente, además el armonio con fuelle.

Castel contó, aquel entonces, que siguió la huella de su padre y comenzó a tocar guitarra cuando tenía 12 años, época en la que su familia ya había echado raíces en Cochabamba.

En la recapitulación de la fundación de Los Kjarkas, recordó que la agrupación surgió un 23 de junio de 1971, en la noche, en el barrio Villa Coronilla, en homenaje a la masacre de San Juan en los centros mineros al sur de Potosí, durante el mandato René Barrientos Ortuño (1967).

El grupo musical fue creado por los hermanos Hermosa, Wilson, Castel y Gonzalo, y Édgar Villarroel. Alcanzaron popularidad nacional e internacional junto a los compositores Ulises Hermosa, Élmer Hermosa, Edgar Villaroel, Edwin Castellanos, Fernando Torrico, Gastón Guardia y Guillermo Ponce.

También, en ese entonces, recordó el origen del nombre del grupo. Explicó que expresa un sentimiento de rebeldía de los jóvenes de esa época producto de la situación política-social que se experimentaba.

“Kjarkas viene de es ese trompito que tiene la punta torcida y que difícilmente puede volverse sedita. Nos decían los kjarka trompos, pero nosotros habíamos adoptado el nombre precisamente por la rebeldía que teníamos en ese tiempo”, señaló Hermosa. “Kjarka” significa ‘áspero, sin afinar’.

También recordó que comenzaron interpretando zambas argentinas, porque les gustaba la parte romántica de ese género musical, aunque reconoció que también tenían un buen repertorio del folklore nacional.

“Cantábamos también música boliviana, como cuecas, huayños. Recuerdo una cueca de esa época: ‘Calzón de seda”, que fue todo un éxito y cuya letra en la actualidad ha sido distorsionada. Tampoco saben quién es el autor de la canción”, comentó aquella vez.

Castel dijo que, en esas épocas, no vivían del canto, por lo que dejó de hacerlo la vez que egresó como ingeniero agrónomo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

“Salí de la Facultad de Agronomía y colgué mi guitarrita y me dije ‘a partir de ahora voy a vivir de mi profesión’”.

También contó que Gonzalo estudiaba medicina. Sin embargo, no se tituló, porque el año que el grupo estaba “challando” su disco “Bolivia”, estaba haciendo su año de provincia en Aiquile.

“Lo hice llamar y nunca más volvió. Gonzalo no terminó su carrera”, rememoró Castel y explicó que en 1974 se alejó de Los Kjarkas para dedicarse a la agronomía.

Asimismo, admitió, en esa entrevista, ser el creador del diseño del poncho que usan sus integrantes por el mundo cosechando grandes éxitos.

“Ese poncho es mi diseño, yo soy el creador de ese poncho”, dijo. Además, señaló que no existe en ninguna cultura un poncho de color blanco, para ellos representa el pensamiento “limpio” de sus integrantes. “En el diseño, en la parte de abajo del poncho, hay unos cóndores que reflejan las raíces kolla y aimara”, añadió.

El extinto músico y agrónomo fue el artífice de la creación de uno de los grupos bolivianos más reconocidos en el mundo, legado que ha sido refrendado por sus hermanos que cosecharon cuantiosos galardones en el ámbito musical, nacional e internacional.

Fuente: Los Tiempos

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