Después de un sentido receso, el Festival Internacional de Títeres y Objetos Animados Titiritay vuelve para su sexta versión, ofreciendo un programa atractivo para pequeños y grandes.
Las funciones y las actividades derivadas del evento se desarrollarán en ambientes de la Alianza Francesa, de la calle La Paz, casi Crisóstomo Carrillo, entre el 30 de marzo y el 2 de abril.
“Decidimos retomar este año”, cuenta el argentino Marcelo Barrios, fundador de Leomar Títeres e impulsor del festival.
Fue en una de sus últimas visitas a Cochabamba que, reunido con gestores de la Alianza Francesa, aceptaron el reto de reactivar el encuentro, que además de poner en escena nueve obras, llevará a cabo talleres de títeres y artesanía para niños, desde los tres años de edad.
El primero de estos tendrá lugar el viernes 31, a las cinco de la tarde, y al día siguiente, el sábado 1 de abril, se realizarán dos, a las 11:00 y 17:00 horas. Las tres sesiones estarán a cargo de Juliana Cadima, del grupo teatral Provocacción, junto a Barrios.
El salteño, quien presentará cinco espectáculos, corroboró que las entradas se pondrán a la venta desde el siguiente lunes, en oficinas de la institución auspiciadora. El precio general de las mismas es 25 bolivianos, pero se anunció que se habilitará la promoción de “dos por uno” para delegaciones de colegios que deseen asistir a las funciones matinales.
HISTORIA
Marcelo, con una carrera de 40 años, siete años en Bolivia, recorriendo festivales de Europa y Latinoamérica, llegará a nuestra ciudad con los ánimos renovados por la ausencia.
Culminando una gira en Argentina, compartiendo una producción desplegada junto a su hijo, Barrios deja ver que su apego por esta expresión artística se mantiene intacto. “Yo disfruto mucho haciendo títeres, conocí a mi esposa trabajando con ellos”, relata, haciendo alusión a la cochabambina.
De esa forma, espera que esta edición reciba el mismo interés que las anteriores. “El acompañamiento de la gente, de los medios, es muy importante para que esto se siga haciendo”, resalta.
«I-TITERE-NARIO»
El cronograma de Titiritay 2023 comienza el jueves 30 a las 10 de la mañana, con la obra inaugural «Gatita Pastora», a cargo de Títeres Paralamano de Sucre. Se trata de un personaje que, pese a las pocas expectativas que el Abuelo Perro tiene respecto a ella, demuestra su valor enfrentándose a un puma.
El mismo elenco capitalino presentará dos piezas más en la tarde: «¿Otra vez, Caperucita?», a las 16:00 horas, y «Mi patito feo», a las 18:00.
La primera —que se repetirá el viernes 31, a las 10:00 y 18:00— se ambienta en medio de una crisis económica mundial tal que, por decreto imperial, los personajes de cuentos clásicos quedan despedidos y deberán superar este periodo con una desconocida esperanza.
Por su lado, “Patito feo”, se enfoca en el rechazo hacia una patita y su bebé, recién llegados a un gallinero, y su proceso de auto-aceptación para no ser más lastimados por las prejuiciosas gallinas.
Al día siguiente, desde las 16:00, Ana Balletta demostrará su habilidad para contar cuentos con «Cuenta la tierra», mediante mitos y leyendas que relatan cómo los antepasados convivían armoniosamente con la naturaleza y todo ser viviente. Su repris será el sábado en la mañana.
También el sábado, a las 20:00, será el turno de «Desmanes de manos» de Aguacero Parranda y los Grises Aduladores (Argentina), una propuesta de humor negro dirigida a adolescentes y adultos, que se repetirá al día siguiente a la misma hora.
El 1 de abril, a partir de las 16:00, Títeres Leomar escenificará «Flores y hormigas», un paseo por el jardín de Juancito, mientras espera la llegada de las criaturas de la primavera, amenazadas por los laboriosos insectos.
Ese mismo día, para las 18:00, se programó «Historias con plumas y colas de diablos», de Barrios, sobre un divertido e inesperado héroe, el Súper Pollo y su difícil rescate de una traviesa Plumita.
Cerrando el festival, el domingo 2, Leomar presentará «El circo de los ratones», a las 16:00, y «Barcos, ratones y fantasmas», a las 18:00.
Ambas pensadas en una audiencia infantil, fusionan situaciones mágicas con diálogos para incentivar la imaginación, la participación y sociabilidad.
Fuente: Opinión