Los conocidos incas del Gran Poder confirmaron este viernes que no participarán en la entrada del Carnaval de Oruro, debido a los “amedrentamientos sufridos” en estos días.
“Yo estoy un poco dolido, estoy afectado, con problemas de salud, pero estoy fuerte. Yo sé que por algo pasan las cosas. Yo se que tal vez no voy a entrar porque ya no voy a entrar en el Carnaval de Oruro, es de hecho, porque las fraternidades folklóricas no nos llamaron, no porque no quieran. He recibido bastantes mensajes de todas las fraternidades dándonos apoyo, pero, lamentablemente, no nos llamaron porque no quieren sufrir amedrentamiento”, manifestó Franco De la Cuenca, uno de los incas.
Dijo que su compañero Alejandro Ledezma tuvo que ir al psicólogo a raíz de toda esta situación que se está viviendo. Señaló que en algunos medios de comunicación y en redes sociales se difundieron mentiras sobre su intención de participar en la entrada de Oruro.
“Dicen que nosotros hemos cobrado, hemos pedido muchos beneficios para bailar en Chutillos y eso es mandado por quién, eso es mandado por el que viene a ser el presidente de la misma Asociación de Conjuntos Folklóricos de Potosí ¡Qué lamentable!”, indicó.
Apuntó al presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO), Jacinto Quispaya, por generar este ambiente negativo con mentiras, diciendo que “1.000 dólares le habíamos pedido a lo que viene a ser los Tobas Central”.
Por su parte, el abogado defensor de los incas informó que se está evaluando la presentación de una denuncia contra el presidente de la ACFO.
“Se está evaluando la posición a asumir ante estos actos de discriminación en función del físico, la profesión, la orientación sexual de nuestros clientes”, dijo el abogado defensor de los incas, de acuerdo con Radio Compañera.
Los bailarines se hicieron virales en redes sociales el pasado año, tras la entrada del Gran Poder. Este año decidieron bailar en el Carnaval de Oruro, pero “autoridades” intentaron “impedir” que participen de la festividad.
La ACFO manifestó en aquel entonces que no se coarta el derecho a nadie que cumpla con las obligaciones cotidianas de los danzarines.
Página Siete